Según un estudio elaborado por la empresa Solarbuzz, el 51% de la energía fotovoltaica de Latinoamérica será producida por nuestro país de aquí al 2017, y es que según el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA), además de los proyectos operativos, existen unas 74 solicitudes de impacto para instalar granjas solares en el norte.
La tendencia va en aumento, y es que sólo en la región de Antofagasta, la empresa Enel Green Power ha solicitado licencias ambientales para tres plantas fotovoltaicas: Sol de Lila, Valle del Sol y Lalackma, con una inversión total de unos US$ 865 millones.
Esta ola de iniciativas ligadas a la producción de energía solar se suma también a lo anunciado en marzo por Ibereólica, quienes pretenden construir la planta fotovoltaica más grande en el mundo para 2016, en pleno desierto de Atacama.
Es precisamente este desierto el que ha perfilado a Chile como líder en energía solar en Latinoamérica, pues es considerado uno de los puntos más secos del mundo alcanzando registros históricos de hasta cuatro años sin lluvias en el triangulo formado por Antofagasta, Calama y Copiapó.